Deuteronomio 26 12 Y 13
La sección del Deuteronomio 26:12-13 se encuentra dentro del contexto de las instrucciones que Dios da a los israelitas sobre cómo deben comportarse una vez que hayan entrado en la tierra prometida. Esta parte específica se refiere a la presentación de los diezmos y la declaración que los israelitas deben hacer cuando los presenten. A continuación, se analiza con más detalle:
Deuteronomio 26:12-13 (Reina-Valera 1960)
- “Cuando hayas acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercer año, el año del diezmo, lo darás al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, para que coman en tus puertas y se sacien.”
- “Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado la parte consagrada de mi casa, y también la he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todos tus mandamientos que me has dado; no he traspasado tus mandamientos, ni me he olvidado.”
Análisis
En estos versículos, se destaca la importancia del diezmo en la economía y la sociedad israelita. El diezmo, que es la décima parte de los productos de la tierra, se dedica a Dios y se distribuye según las instrucciones dadas en el Pentateuco. En el tercer año, conocido como el “año del diezmo”, este diezmo se destina específicamente para el sustento de los levitas, que no tenían una herencia de tierra como las otras tribus, y para el bienestar de los extranjeros, los huérfanos y las viudas, quienes eran considerados vulnerables en la sociedad.
La declaración que se hace al presentar el diezmo (versículo 13) es significativa porque expresa la obediencia del israelita a los mandamientos de Dios. Al decir “He sacado la parte consagrada de mi casa, y también la he dado…”, el israelita reconoce que ha separado lo que pertenece a Dios y lo ha entregado a aquellos para quienes está destinado, demostrando su compromiso con la justicia social y la reverencia a Dios.
También es notable la mención a no haber traspasado los mandamientos de Dios ni haberse olvidado de ellos. Esto indica la conciencia del israelita sobre la importancia de seguir las instrucciones divinas y su esfuerzo por vivir de acuerdo con ellas. La presentación del diezmo y la declaración asociada se convierten así en un acto de adoración y obediencia, donde el israelita se presents ante Dios y reconoce su dependencia de Él y su compromiso con la comunidad.
Conclusión
Deuteronomio 26:12-13 subraya la importancia de la generosidad, la justicia social y la obediencia a los mandamientos de Dios dentro de la comunidad israelita. La práctica del diezmo y la declaración asociada sirven como recordatorio de la relación entre Dios y su pueblo, y de las responsabilidades sociales y espirituales que conlleva ser parte de esa comunidad. Estos principios sigue siendo relevantes hoy en día, inspirando a las personas a considerar cómo pueden usar sus recursos para bendecir a los demás y honrar a Dios.